Fallos de construcción

Anteriormente hablamos sobre la fragilidad del acero como causa del desastre, sin embargo, recientemente surgió una nueva teoría sobre lo ocurrido, que se abrió paso después de que en 1985 se descubrieran los restos del Titanic.


Todo empezó en los hornos de alguna fábrica metalúrgica anglosajona, años antes de que el Titanic colisionara con un iceberg la noche del 14 de abril de 1912. Tuvo que ser en algún taller de producción de remaches, las pequeñas piezas metálicas que sueldan las junturas de un barco.


En el libro What Really Sank The Titanic (2001) se expone esta teoría. Tras rescatar y analizar medio centenar de remaches, Tim Foecke, del Instituto de Tecnología de Maryland, junto con su estudiante de doctorado Jennifer Hooper McCarty, comprobaron que contenían elevados niveles de escoria (sustancia que proviene de las impurezas al fundir los metales) y que la mayoría de los de hierro forjardo habían perdido la cabeza.




Diferentes tipos de remaches del Titanic

Algunos de esos remaches que mantenían unidas las placas del casco en la zona de la colisión reventaron, lo que creó un desequilibrio de tensiones que provocó el debilitamiento de los remaches vecinos, que también saltaron, creando un de efecto dominó que se extendió a los remaches de acero, supuestamente más resistentes que los de hierro forjado.
De esta forma se abrió una vía letal de agua.

¿Pero por qué estaba el Titanic construido con remaches de mala calidad?

"Los constructores del Titanic necesitaban una enorme cantidad de materiales. Y de mano de obra. [...] Los proveedores habituales no daban abasto y hubo que dirigirse a otras pequeñas empresas", dice McCarty. "Hay que tener en cuenta que la producción de remaches era un procedimiento manual que requería una formación, experiencia. También su instalación en el barco requería una formación. Es posible que, dadas las enormes dimensiones de la obra, fueran empleados trabajadores no adecuadamente cualificados".



Este análisis no significa que los remaches empleados fueran el principal factor por el cual el barco se hundiese. Claramente, ante el impacto, cualquier remache de calidad hubiera fallado. Sin embargo, se considera que el uso de mejores materiales y un mayor cuidado en la instalación hubieran resultado en un hundimiento más lento. De haber sido así, se podrían haber salvado muchas más vidas.
De las aproximadamente 2.224 personas al bordo del Titanic, se salvaron solo alrededor de 700.




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